¡Buenas tardes!
Para Pauline Kergomard, el educador tenía unos deberes agrupados en en tres grandes categorías, la de protección, la del amor y la del respeto.
Para Pauline Kergomard, el educador tenía unos deberes agrupados en en tres grandes categorías, la de protección, la del amor y la del respeto.
Explicaba que, era obvio que una de las categorías fuera la de protección, puesto que el niño tiene la necesidad de que que lo protejamos al ser débil. De primeras, la protección es exclusivamente corporal en los primeros meses, luego pasa a sumarse a la protección del alma y espíritu que, según Kergomard, debían protegerse de la ignorancia y del vicio; aunque también opinaba que no se conseguía proteger a todos los niños y que quedaba mucho trabajo por hacer.
Sobre el respeto, decía que debía respetarse al niño en el mismo nivel al que se respeta un "misterio que se adivina sagrado" (Pauline Kergomard, 1906, p.14). De ese respeto, surgiría todo el sistema educativo. Además, daba una serie ejemplos sobre cómo debía ser ese respeto:
Se respetará su cuerpo dándole los cuidados que reclama. Es el templo en que habita el fuego sagrado; se respetará su vista no mostrándole más que espectáculos decentes, graciosos, y nobles; sus oídos, buscando para él armonía, alejando de él el ruído y las discordancias, y no haciéndole escuchar más que palabras decorosas. Se respetará su espíritu no depositando en él más que nociones verdaderas; su alma, desarrollando en ella todo lo que debe ser el ideal del hombre de bien. (Kergomard, 1906, p.14)
Por último, sobre el amor, Pauline Kergomard decía que sin todo lo que he comentado anteriormente, este aspecto sería realmente frío para con los niños. Ella opinaba que al niño debía de tuteársele en vez de llamarlo por el apellido de su padre. Los niños necesitan que su ternura sea igualmente correspondida de la misma forma en que ellos la emplean y la necesitan. Además, tenía la convicción de que el amor, es el medio más eficaz para que exista la sinceridad, tornando lo injusto en justo.
BIBLIOGRAFÍA:
- Kergomard, P. (1906). El Educador debe enseñar a sus alumnos a vivir como hombres de bien. In P. Kergomard, La Educación Maternal en la Escuela (p. 3). Madrid: Daniel Jorro. Recuperado de http://biblioteca.ajusco.upn.mx:8080/fondo/bitstream/123456789/12/1/2008.pdf
- Pinterest. (2017). Recuperadas de https://es.pinterest.com/
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